Cómo hacer que te pasen cosas buenas

Resumen Cómo hacer que te pasen cosas buenas (Mirian Rojas Estapé)


Resumen del Libro Cómo hacer que te pasen cosas buenas

Uniendo el punto de vista científico, psicológico y humano, la autora nos ofrece una reflexión profunda, salpicada de útiles consejos y con vocación eminentemente didáctica, acerca de la aplicación de nuestras propias capacidades al empeño de procurarnos una existencia plena y feliz: conocer y optimizar determinadas zonas del cerebro, fijar metas y objetivos en la vida, ejercitar la voluntad, poner en marcha la inteligencia emocional, desarrollar la asertividad, evitar el exceso de autocrítica y autoexigencia, reivindicar el papel del optimismo.

La felicidad no se define, «se experimenta».

Para conocerla hay que haberla sentido y, una vez se ha sentido, las palabras se quedan cortas para explicarla. La felicidad consiste en tener una vida lograda, donde intentamos sacar el mejor partido a nuestros valores y a nuestras aptitudes. La felicidad es hacer una pequeña obra de arte con la vida, esforzándonos cada día por sacar nuestra mejor versión.

El ser humano busca tener y relaciona felicidad con posesión. Nos pasamos la vida buscando tener estabilidad económica, social, profesional, afectiva… Tener seguridad, tener prestigio, tener cosas materiales, tener amigos… La felicidad verdadera no está en el tener, sino en el ser. Nuestra forma de ser es la base de la verdadera felicidad.

La autoestima y la felicidad están íntimamente relacionadas. Una persona en paz, que tiene cierto equilibrio interior y que disfruta de las cosas pequeñas de la vida, normalmente tendrá un nivel de autoestima adecuado.

La resiliencia nos envía un mensaje de esperanza.

Antes se pensaba que los traumas sufridos en la infancia eran imborrables y perduraban marcando decisivamente la trayectoria del niño afectado. ¿Cómo podemos superar esas heridas tan profundas y dolorosas? La clave se sustenta en la solidaridad, en el amor, en el contacto con otros; en definitiva, en los afectos.

Las personas que viven aisladas estadísticamente son menos felices y más susceptibles de empeorar de salud en la mediana edad, sus funciones cerebrales decaen más de forma precipitada en la vejez y mueren antes. Es un asunto grave y urgente al que habría que atender teniendo en cuenta que en nuestra sociedad el perfil solitario se va haciendo cada vez más y más frecuente.

La amistad y las relaciones buenas surgen cuando hay intereses, valores y aficiones en común. Búscalas, es raro que no exista algo que te una hasta con la persona más recóndita. Desde el pediatra de tu hijo hasta tu gestor de seguros o el carpintero que te ayuda cuando algo se estropea.

Te sorprenderá darte cuenta de que, cuando dedicas tiempo a lo esencial, a lo que no es únicamente la parte racional, estás dando un paso impresionante en tu vida. Ves más allá, tu corazón no está centrado meramente en la superficialidad de las relaciones —conseguir beneficios o gratificaciones fáciles—, sino en el interior de esas personas. Tus relaciones serán entonces más honestas y tu crecimiento interior aumentará exponencialmente.

La mente tiene un extraordinario control e influencia sobre el cuerpo.

El estrés fisiológico —eustrés— no es malo ni tóxico, todo lo contrario. Es la respuesta natural que el organismo activa ante una amenaza real o imaginaria, imprescindible para la supervivencia en los momentos de peligro y que nos ayuda a responder de la mejor forma posible ante el desafío. Lo realmente perjudicial sucede cuando, desaparecida o siendo infundada dicha amenaza, la mente y el cuerpo siguen percibiendo la sensación de peligro o miedo.

Los pensamientos influyen de forma directa en la mente y en el organismo. Si cierras los ojos e imaginas a alguien a quien quieres, en un entorno amable, entonces, tu cuerpo segrega oxitocina, dopamina… Incluso puedes llegar a sentirlo en tu cuerpo un escalofrío, la piel de gallina o un sinfín de signos físicos.

Los enamorados poseen una sensación de bienestar emocional, psicológica y ¡física! fortísima. Si imagino algo que me asusta —un examen, una reunión, la posibilidad de que me echen del trabajo, no tener dinero…—, automáticamente genero hormonas de estrés.

El perdón es un acto de amor, una actitud superior ante los demás y ante la vida.

Perdonar es dar un bien tras recibir un daño. Es una forma especial de entrega y eleva al ser humano.

Perdonar es ir al pasado y volver sano y salvo

Si no perdonamos, si no somos capaces de purificarnos podemos quedarnos anclados en el rencor, el odio y en la revancha. En la revancha decido que quiero devolver la ofensa al otro, quiero que sufra y que le sucedan cosas negativas. En el rencor, me mantengo herido, apuñalado y no soy capaz de olvidar y superarlo. Si esto nos sucede, seremos incapaces de recuperar la paz y el equilibrio.

La empatía es sentir lo que siente otro, ponerse en el lugar de otra persona. La compasión —literalmente «sufrir juntos»— es una capacidad que eleva a quien la ejercita. No solo entiendes el dolor que atraviesa el prójimo, sino que conectas con su sufrimiento, intentando emplear todas tus herramientas personales para ayudarle a salir adelante.

Trabajar la compasión desde el corazón tiene efectos maravillosos en la mente, en el cuerpo y en la relación con los demás. Es una manera de liberarse de la rabia y del odio, aportando paz y equilibrio.

El miedo es una emoción clave y fundamental en nuestro equilibrio interior y en nuestra supervivencia.

Uno precisa tener miedo a ciertas cosas para no lanzarse a todo tipo de periplos y aventuras sin medida. Cualquier ser humano posee temores en su vida; los valientes y los triunfadores también. La diferencia está en que los que triunfan saben gestionarlo.

Unas sencillas claves para afrontar tus miedos y la ansiedad son:

  • Aprende a reconocerlos. Sé consciente. No los anules, ni ocultes; toda emoción reprimida retorna por la puerta trasera y puede ser el origen de heridas y sufrimientos físicos y psicológicos.
  • El miedo se supera sintiéndolo y dando un paso adelante.
  • El miedo siempre va a existir, aprende a ser optimista y encuentra la salida al bucle tormentoso de pensamientos que te bloquean. No olvides que el miedo es un gran embustero, disfraza la realidad siempre peor de lo que es.
  • Confía en ti. La manera en la que te proyectas tiene la capacidad de poner en marcha la mejor versión de tu cerebro. La confianza en ti mismo, ilusionarte con conseguir tus objetivos, activa tu creatividad, tu capacidad de resolver problemas y percibir la vida con más ilusión.
  • Educa tu voz interior. ¡Que sirva para animarte y no para hundirte o influirte negativamente! Esquiva los pensamientos tóxicos que vienen para llevarte de nuevo a las crisis de angustia o para maximizar los miedos.

Aspectos que modulan y alteran el estado de ánimo

  1. EL CONSUMO DE DROGAS Y ALCOHOL: El consumo de estas sustancias perjudica seriamente la salud mental. Uno de sus principales efectos es una alteración grave en la percepción de sensaciones y estímulos. Todos conocemos personas que, tras ingerir alcohol, se encuentran más sensibles y vulnerables y por ello hay que tener cuidado con sus reacciones y comentarios. .
  2. LA BIOQUÍMICA O LA GENÉTICA: Existen personas que son más propensas a deprimirse o hundirse debido a factores genéticos o a padecer previamente enfermedades severas tipo trastorno bipolar, depresiones recurrentes, estados de ansiedad generalizados… También influyen los estados hormonales, que generan vulnerabilidad en la mujer como el trastorno premenstrual.
  3. LA SALUD FÍSICA Y LAS CIRCUNSTANCIAS EXTERNAS: Si estamos atravesando un momento profesional difícil o una dolencia física fuerte, ello influye en la manera en la que percibimos la realidad porque nuestro estado de ánimo está más sensible y vulnerable. Cuando llega la enfermedad, una época dura o una situación extrema a nuestras vidas, el ser consciente de que uno no es plenamente «objetivo» ayuda a no ser tan duro con la realidad y con los que le rodean.
  4. TIPO DE PERSONALIDAD: En este apartado exponemos desde trastornos de personalidad severos —límite, evitativo, esquizoide…— a rasgos de personalidad marcados que influyen profundamente en el estado anímico. Por ejemplo, los jóvenes con trastorno de personalidad límite —impulsividad, inestabilidad emocional, miedo intenso al abandono, autolesiones, baja tolerancia a la frustración…— sufren altibajos emocionales intensos, interpretan la realidad de forma radical y perciben constantemente el entorno como amenazante. Todo ello hace que, lejos de actuar racionalmente, sus reacciones muchas veces estén guiadas por la agresividad y la rabia. Conseguir que disfruten y mantengan un equilibrio interior exige trabajar de forma importante su personalidad —desde farmacoterapia, a psicoterapia individual y grupal.
  5. EL SUEÑO: Cuando falla el descanso, la mente no funciona con normalidad. Surgen problemas de memoria y aprendizaje, fallos de atención y concentración y errores en las habilidades cognitivas. La ausencia de descanso o un descanso deficiente nos convierte en seres susceptibles e irritables que no pueden responder de forma adecuada a los estímulos exteriores. La falta el sueño afecta incluso al sistema inmunológico: el sistema nervioso parasimpático, encargado del descanso, de la recuperación y de la fabricación de linfocitos, se ve debilitado y alterado profundamente. Durante el sueño también se almacenan emociones, ya sean de agradecimiento o de resentimiento y rabia. Por eso es tan importante poder traer a la mente pensamientos alegres o positivos antes de acostarse.

Consejos para dormir bien

  • Prescinde de los dispositivos antes de dormir: Cuidado con la pantalla, los videojuegos, las redes sociales… antes de meterte en la cama. Existen varios estudios que señalan el efecto perjudicial de la luz de una pantalla —teléfono, smartphone, tableta…— antes de acostarse. Un estudio publicado en 2014 por la revista British Medical Journal, realizado a nueve mil ochocientos cuarenta y seis adolescentes entre dieciséis y diecinueve años, demostró que el uso de la pantalla alteraba el patrón normal del sueño. Cuanto más se emplea un dispositivo antes de dormir, mayor es el riesgo de descanso defectuoso. El problema radica en el Sleep Onset Latency (SOL), es decir, el tiempo empleado en quedarse dormido. La luz azul del aparato obstaculiza la secreción de la hormona del sueño: la melatonina. Los estudios afirman que esta luz disminuye hasta el 22 por 100 de la producción de esta sustancia. Algunos dispositivos ya cuentan con modo noche, donde la luz que emite la pantalla es filtrada y afecta de forma mucho menos intensa a la melatonina.
  • Cuidado con los estímulos emocionales: Una conversación que te inquieta, una cena que termina en conflicto, una discusión acalorada con tu pareja…, son ingredientes para que esa noche no descanses de forma adecuada. Si ves una película que te aterra o las noticias te perturban, replantéate lo último que llevas a tu vista y a tu mente antes de acostarte. Cada persona es un mundo para el tema del descanso. Hay gente que se duerme incluso en plena película de acción y otros que no consiguen descansar por culpa de estímulos casi inperceptibles. Lo importante es que te conozcas y aceptes que hay etapas de tu vida en las que estás más vulnerable y para no perjudicar la calidad de tu descanso deberás prestar más atención a las emociones que afectan a tu sueño.
  • Cuida los últimos pensamientos antes de cerrar los ojos: Cuidado con repasar todo lo que te preocupa dentro de la cama, intenta no anticipar todo lo negativo que ha sucedido ese día… o puede suceder al día siguiente. Enfócate en algo alegre y positivo, que te haya pasado o que te haga sonreír. Por muy malo que haya sido el día, siempre queda algo positivo a lo que agarrarse.
  • Adopta una rutina sana: La higiene del sueño se basa en que el cerebro se va preparando para entrar en las fases del sueño de forma sana. Se recomienda a los padres de recién nacidos «un ritual» antes de acostarlos por la noche para que el cerebro del bebé se vaya acondicionando para dormir. En los adultos sucede algo parecido. Una ducha, leer algo tranquilo, beber alguna infusión, meditar o rezar, escuchar música o ver alguna serie que te ayude a desconectar…, pueden ser «rituales» para preparar a tu mente antes de llegar a las profundidades del sueño.
  • Duerme sin luz: Quizá te sorprenda. Mucha gente en verano aprovecha para dormir con la ventana abierta y se despierta en cuanto los primeros rayos del sol entran por la ventana. Eso no es un problema —siempre y cuando no te importe madrugar—. Me refiero a tener alguna luz encendida en alguna parte de la habitación, desde el sensor de la televisión a tener las notificaciones activadas del teléfono o una luz en el pasillo… Por muy pequeñas e imperceptibles que dichas luces parezcan, tienen un efecto nocivo en la producción de melatonina.

Observa y deléitate con la realidad que te rodea

Mirar con atención devuelve el interés y la fascinación ante la vida. Debemos aprender a mirar la realidad con ojos nuevos, con ternura, sin dureza. ¿Qué hace falta para eso? Detenimiento y asombro.

Te lo recomiendo: vuelve a mirar tu trabajo, tu familia, tus hijos, tu casa… ¡con asombro! Quizá te atrape algún detalle al que sin querer te has habituado, o puede que redescubras cosas positivas que habías pasado por alto. Esto es especialmente importante en las relaciones; mira a tu marido o mujer como si fuese la primera vez, fíjate en su fisonomía, en su lenguaje corporal, profundiza en su mirada, en la forma que tiene de tratar a los demás y a ti mismo… no te acostumbres nunca a la persona de la que te enamoraste. Que no te venza la rutina exige atención.

Comienza a saborear el momento presente. Digo saborear porque, a veces, nos acostumbramos a las sensaciones (provenientes de los sentidos) y no les prestamos atención. Si comes una naranja, un plátano o un trozo de jamón, disfrútalo. Esfuérzate en sentir su olor, textura y sabor. En un parque, atrévete a cerrar los ojos y enfocarte en tus sentidos del oído y el olfato. Con la música, que
no solo sea para distraerte, no la oigas, escúchala.

El gran filósofo René Descartes tuvo sus sueños y visiones tras varios meses descansando; Newton descubrió uno de los grandes principios de la física sentado bajo un árbol; Platón construyó el pilar de la filosofía en los jardines de Akademos. Ninguno de ellos llegó a sus descubrimientos en un momento de vida frenética. No es corriendo y de forma apresurada como se llega al trasfondo y a la belleza de la vida.

Meditación / Mindfulness

En lo más profundo de los seres humanos existen potentes medios de curación, cuyo mecanismo todavía se desconoce. Me refiero a la introspección sana, a la meditación y a la oración. La mente, gracias a estos procesos, puede actuar sobre el cuerpo restaurándolo.

Mindfulness significa atención plena en el momento presente. Es el arte de observar intencionada y atentamente nuestra conciencia. Es un concepto traído de la meditación budista. El mindfulness se centra en ocuparse con exclusividad del aquí y del ahora.

Invertir un poco de tiempo en meditar con atención plena sobre lo que están experimentando nuestros sentidos en el momento presente nos hace ganar tiempo, aumenta la eficacia en todo aquello que emprendemos, mejora la atención y concentración, la capacidad para aprender cosas nuevas y la creatividad. Practicar mindfulness supone ejercitar el cerebro, del mismo modo que al practicar un deporte se ejercitan los músculos.

La suerte favorece únicamente a la mente preparada. LOUIS PASTEUR

El sistema de creencias asociado a las religiones potencia el cuidado de las relaciones personales, al promover de manera muy activa la empatía, el amor a los demás y la capacidad para perdonar.

La oración añade un componente fundamental. En el caso del mindfulness la clave radica en soltar pensamientos tóxicos asociándolo a una plena conciencia de los sentidos y del hoy y ahora. Cuando existe una visión espiritual de la existencia, la oración suma a las ventajas del mindfulness la fe en un ser superior, Dios, y la íntima confianza de que todo lo que nos ocurre tiene un sentido.

No olvides que en esta vida hay tres clases de personas: los que hacen que las cosas pasen, los que miran las cosas que pasan y los que se preguntan qué ha pasado. ¿Quién eres tú?

Fin del Resumen

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