Los hombres son de Marte las mujeres son de Venus

Resumen Los hombres son de Marte las mujeres de Venus (John Gray)


Resumen del Libro Los hombres son de Marte las mujeres de Venus

Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus revela de qué manera hombres y mujeres difieren en todas las áreas de su vida. Los hombres y las mujeres no solo se comunican en forma diferente, sino que piensan, sienten, perciben, reaccionan, responden, aman, necesitan y valoran en forma diferente. Parecen casi como de planetas diferentes; hablan diferentes lenguajes y necesitan diferente alimento.

Cuando los hombres y las mujeres son capaces de respetar y aceptar sus diferencias, el amor tiene entonces la oportunidad de florecer.

El sentido de la personalidad de un hombre se define a través de su capacidad para alcanzar resultados.

El hecho de ofrecerle al hombre un consejo no solicitado equivale a suponer que no sabe qué hacer o que no sabe hacerlo por sí solo.

Hablando en términos generales, cuando una mujer ofrece un consejo no solicitado o trata de “ayudar” a un hombre, no tiene idea de hasta qué punto dicha actitud puede resultar crítica y agresiva. Aun cuando su intención sea afectuosa, sus sugerencias ofenden y lastiman. Las reacciones de él pueden ser fuertes, en especial si fue criticado cuando era niño o si observó que su padre era criticado por su madre.

El sentido de la personalidad de una mujer se define a través de sus sentimientos y de la calidad de sus relaciones.

Muchas veces una mujer solo quiere compartir sus sentimientos acerca de su vida diaria, y su marido, creyendo que la ayuda, la interrumpe con una avalancha de soluciones para sus problemas. No tiene idea de porque ella no se siente complacida.

Cuando una mujer rechaza las soluciones de un hombre, este siente que su competencia es puesta en tela de juicio. Como resultado, siente que no se confía en él, que no se le aprecia, y deja de preocuparse. Su voluntad de escuchar disminuye en forma comprensible.

Al recordar en esas circunstancias que las mujeres son de Venus, un hombre puede comprender porque ella lo rechaza. Puede reflexionar y descubrir que estaba ofreciendo soluciones en un momento en que ella necesitaba empatía y estímulo.

Una de las mayores diferencias entre hombres y mujeres es la manera en que enfrentan el estrés.

Los hombres se concentran en sí mismos y se apartan cada vez más mientras que las mujeres se sienten cada vez más abrumadas e involucradas emocionalmente. En esos momentos, la necesidad de sentirse bien de un hombre es diferente de la de una mujer. El se siente mejor resolviendo los problemas mientras que ella se siente mejor hablando de ellos. El hecho de no comprender y no aceptar dichas diferencias crea una fricción innecesaria en nuestras relaciones.

Cuando un hombre se siente tenso se retirará a la cueva de su mente y se concentrará en la solución de un problema. Generalmente escoge el problema más urgente o el más difícil. Se concentra tanto en la solución de dicho problema, que pierde conciencia de todo el resto en forma temporal. Otros problemas y responsabilidades quedan en un segundo plano.

En esos momentos, se vuelve cada vez más distante, olvidadizo, insensible y preocupado en sus relaciones. Por ejemplo, al mantener una conversación con él en el hogar, pareciera como si solo cinco por ciento de su mente estuviera disponible mientras que noventa y cinco por ciento restante siguiera ocupado.

Su conciencia plena no está presente porque está meditando acerca de su problema, esperando encontrar una solución. Cuando más tenso se encuentra tanto más absorto en el problema se mostrará. En esos momentos es incapaz de brindarle la atención y el sentimiento que una mujer recibe normalmente y que ciertamente merece. Su mente está preocupada y él no puede liberarla. Sin embargo, si encuentra una solución, se sentirá instantáneamente mucho mejor y saldrá de su cueva; de repente se muestra disponible para relacionarse nuevamente.

Sin embargo, si no puede encontrar una solución a su problema, entonces permanece en su cueva. Para poder salir, se dedica a leer el diario, mirar televisión, conducir su auto, hacer ejercicio físico, ver un partido de fútbol, jugar al básquet y otras actividades semejantes. Cualquier actividad estimulante que inicialmente requiere solo cinco por ciento de su mente puede ayudarlo a olvidar sus problemas y desprenderse de ellos. Luego, al día siguiente, puede reorientar con mayor éxito su atención hacia el problema.

Cuando una mujer está tensa siente instintivamente la necesidad de hablar de sus sentimientos y todos los problemas posibles asociados a dichos sentimientos. Cuando comienza a hablar no da prioridad a un problema en particular. Si se siente perturbada, esta perturbada por todo, lo grande y lo pequeño. No se preocupa de inmediato por encontrar soluciones para sus problemas, sino que busca alivio expresándose y a través de la comprensión de los demás. Al hablar en forma desordenada acerca de sus problemas, disminuye su perturbación.

Para olvidar sus propios sentimientos dolorosos puede llegar a involucrarse emocionalmente en los problemas de los demás. Incluso, puede encontrar alivio analizando los problemas con sus amigos, parientes y socios. Ya sea que hable de sus problemas o de los problemas de los demás, dicha actitud constituye una reacción venusina natural y saludable frente al estrés.

Los hombres también se impacientan cuando las mujeres hablan de los problemas con lujo de detalles

Una mujer puede facilitarle un poco las cosas a un hombre si le comunica de antemano al final de la historia y luego retrocede y le da los detalles. Evite mantenerlo en suspenso. Las mujeres gozan comúnmente con el suspenso, porque este le brinda más emoción al relato. Otra mujer puede apreciarlo, pero un hombre puede sentirse frustrado.

Los hombres se sienten estimulados y fuertes cuando se sienten necesitados.

Cuando un hombre no se siente necesitado en una relación, gradualmente se torna pasivo y pierde energías; cada día que pasa tiene menos que ofrecer a la relación. Por otra parte, cuando siente que se tiene confianza en que hará lo posible para satisfacer las necesidades de ella y ve que sus esfuerzos son apreciados, se siente estimulado y tiene más para dar.

Como las venusinas, las mujeres se sienten estimuladas y fuertes cuando se sienten apreciadas. Cuando una mujer no se siente apreciada en una relación, poco a poco se torna compulsivamente responsable y agotada por dar demasiado. Por otra parte, cuando se siente atendida y respetada, está satisfecha y también tiene más para dar.

Cuando un hombre está enamorado, comienza a preocuparse tanto por el otro como por sí mismo. Se encuentra repentinamente liberado de las cadenas de sentirse estimulado sólo por sí mismo y queda libre para dar a otro, no para beneficio personal, sino como expresión de su preocupación altruista. Experimenta la satisfacción de su pareja como si fuera propia. Puede soportar fácilmente cualquier penuria para hacerla feliz, porque su felicidad lo hace feliz. Sus luchas se tornan más fáciles, siente la energía de un propósito más elevado.

En su juventud puede estar satisfecho de servirse solo a sí mismo, pero cuando madura la auto gratificación ya no resulta satisfactoria. Para experimentar satisfacción debe comenzar a vivir su vida estimulado por el amor. El hecho de sentirse inspirado para dar en forma libre y desinteresada lo libera de la inercia de la auto gratificación, desprovista de la atención de los demás. Aunque aún necesita recibir amor, su mayor necesidad es dar amor.

La mayoría de los hombres casi no se dan cuenta de lo importante que es para una mujer sentirse apoyado por alguien que se preocupa por ella. Las mujeres son felices cuando creen que sus necesidades serán satisfechas. Cuando una mujer se siente perturbada, abrumada, confundida, agotada o desesperada, lo que más necesita es el simple compañerismo. Necesita sentir que no está sola. Necesita sentirse amada y apreciada.

Asimismo, muchas mujeres de hoy están cansadas de dar. Quieren tiempo libre. Tiempo para explorar cómo es ser una misma. Tiempo para cuidarse primero a sí mismas. Querían que alguien les proporcionará un apoyo emocional, alguien del que no tuvieran que preocuparse. Los marcianos se adaptaron perfectamente a la situación.

Habitualmente, cuando un hombre toma conciencia de que no es feliz y quiere más romance y amor en su vida, su esposa comenzara repentinamente a abrirse y a amarlo nuevamente. Los muros de resentimiento comienzan a desaparecer y el amor renace. Si hubo mucho descuido, puede pasar bastante tiempo hasta poder remediar los resentimientos acumulados, pero es posible lograrlo.

En general, cuando un miembro de la pareja realiza un cambio positivo el otro también lo hará. Esta coincidencia previsible es una de esas cosas mágicas de la vida. Cuando el estudiante está listo, aparece el maestro. Cuando se hace la pregunta, se escucha la respuesta. Cuando estamos realmente listas para recibir, los marcianos estuvieron listos para dar.

El temor más profundo del hombre es no ser lo suficientemente bueno o ser incompetente.

Así como las mujeres tienen miedo a recibir, los hombres tienen miedo a dar.

El primer paso de un hombre para aprender a dar más consiste en tomar conciencia de que está bien equivocarse y está bien fracasar y que no tiene por qué tener todas las respuestas.

Recuerdo la historia de una mujer que se lamentaba de que su pareja nunca se había comprometido a casarse. A ella le parecía que a él no le importaba tanto como a ella. Un día, sin embargo, ella señaló que se sentía muy feliz con él. Aunque fueran pobres, ella quería estar con él. Al día siguiente, él le propuso matrimonio. Él necesitaba la aceptación y el aliento de sentirse bueno para ella, para sentir hasta qué punto le importaba la situación.

Uno de los desafíos más grandes para los hombres es interpretar correctamente y apoyar a una mujer cuando habla de sus sentimientos. El mayor desafío para las mujeres es interpretar correctamente y apoyar a un hombre cuando no habla. El silencio resulta muy fácilmente malinterpretado por las mujeres.

Las mujeres necesitan entender que cuando él está en silencio, está diciendo: “Todavía no sé qué decir, pero estoy pensando en ello”. En lugar de eso, ellas escuchan: “No te estoy respondiendo porque tu no me importas y yo voy a ignorarte. Lo que me has dicho no es importante y por lo tanto no responderé”.

Una buena comunicación requiere de la participación de los dos lados.

Un hombre debe esforzarse en recordar que el quejarse de los problemas no significa echar culpas y que cuando una mujer se lamenta está simplemente dejando salir sus frustraciones al hablar de estas. Una mujer puede esforzarse en hacerle saber que, aun cuando se esté quejando, ella igual lo aprecia.

Las cuatro palabras mágicas para apoyar a un hombre son: “No es culpa tuya”. Cuando una mujer está expresando los sentimientos que la perturban, puede apoyar a un hombre haciendo una pausa de vez en cuando para alentarlo diciendo: “Realmente aprecio que estés escuchando, y si suena como si estuviera diciendo que todo esto es culpa tuya, no es mi intención que así sea. No es culpa tuya”.

El otro día me llamó mi hermana y me contó acerca de una experiencia difícil por la que estaba pasando. Mientras escuchaba me propuse recordar que para apoyar a mi hermana no tenía que ofrecerle solución alguna para su problema. Ella simplemente necesitaba que alguien la escuchara. Después de diez minutos de escucharla y decirle de vez en cuando cosas como “Oh” y “¿En serio?”, ella me dijo: “Bueno, gracias John. Me siento mucho mejor”.

Cuando un hombre ama a una mujer, periódicamente necesita retirarse antes de poder acercarse a ella. Un hombre se retira a fin de satisfacer su necesidad de independencia y autonomía. Cuando se ha retirado completamente, saltará entonces de inmediato hacia atrás. Cuando se apartó totalmente, comenzará a sentir la necesidad de amor e intimidad. Automáticamente se sentirá más estimulado a dar su amor y a recibir el amor que necesita. Cuando un hombre salta hacia atrás, retoma la relación en el grado de intimidad en el que se encontraba antes de haberse retirado. No siente ninguna necesidad de un período de reacomodación.

Si un hombre no tiene la oportunidad de distanciarse, jamás tiene la oportunidad de sentir un fuerte deseo de acercarse. Resulta fundamental que las mujeres entiendan que si insisten en una intimidad continua o en correr tras su compañero masculino cuando este se retira, él tratará entonces de escapar y tomar distancia; nunca tendrá oportunidad de sentir apasionado anhelo de amor.

Los hombres también tienen que comprender esta diferencia. Cuando un hombre salta hacia atrás, antes de que una mujer pueda abrirse nuevamente, por lo general necesita tiempo y conversación para reconectarse. Esta transición puede resultar muy agradable si un hombre entiende que una mujer puede llegar a necesitar más tiempo para recobrar el mismo nivel de intimidad, en especial si ella se sintió herida cuando él se distanció. Sin esta comprensión de las diferencias, un hombre puede tornarse impaciente porque está repentinamente dispuesto a retomar el nivel de intimidad en el punto de intensidad en el que estaba cuando se retiró mientras que ella, en cambio, no lo está.

Cuando un hombre se está alejando no es el momento de hablar o de tratar de acercarse. Déjelo retirarse. Después de cierto tiempo, regresará. Se mostrará afectuoso y actuará como si nada hubiese ocurrido. Ese es el momento de hablar.

Una mujer es como una ola. Cuando se siente amada su autoestima sube y baja con un movimiento ondulante. Cuando se siente realmente bien alcanzará un pico, pero luego su humor puede cambiar repentinamente y su ola termina rompiéndose. Pero dicho rompimiento es temporal. Después de alcanzar el fondo, su humor variará en forma súbita y se sentirá nuevamente bien. Automáticamente su ola comenzará a levantarse.

Cuando un hombre ama a una mujer esta comienza a brillar de amor y satisfacción. La mayoría de los hombres esperan con ingenuidad que dicho brillo dure para siempre. Pero esperar que la naturaleza afectuosa de ella sea constante equivale a esperar que el clima no cambie nunca y que el sol brille siempre. La vida está llena de ritmos: el día y la noche, el verano, el invierno, la primavera y el otoño, días nublados y días despejados. Del mismo modo, en una relación, hombres y mujeres poseen sus propios ritmos y ciclos. Los hombres se retiran y luego se acercan, mientras que las mujeres suben y bajan en cuanto a su capacidad de amarse a sí mismas y a los demás.

Lo último que una mujer necesita cuando está descendiendo es alguien que le diga que no debería estar abajo. Lo que necesita es alguien que esté con ella mientras baja, para escucharla mientras comparte sus sentimientos y para mostrar empatía hacia lo que ella está atravesando. Aun cuando un hombre no pueda comprender plenamente la razón por la que una mujer se siente apesadumbrada, puede ofrecer su amor, su atención y su apoyo.

Cuando un hombre no puede escuchar los sentimientos de dolor de una mujer porque necesita retirarse, puede decir lo siguiente: “Entiendo que te sientas herida y necesito un poco de tiempo para pensar en ello. Tomémonos nuestro tiempo”. Es mucho mejor para un hombre disculparse de esa manera y dejar de escuchar que tratar de explicar el dolor de su pareja”.

Usted probablemente conozca historias de parejas que nunca se pelean o discuten y luego, ante la sorpresa de todos, deciden divorciarse. En muchos casos, la mujer ha reprimido sus sentimientos negativos a fin de evitar las peleas. Como resultado, se siente paralizada e incapaz de sentir amor.

Cuando se suprimen los sentimientos negativos, también se suprimen los sentimientos positivos, y el amor muere. El hecho de evitar las discusiones y las peleas ciertamente resulta saludable pero no es bueno reprimir los sentimientos.

La mejor manera de ayudar a un hombre a crecer en no intentar cambiarlo de ninguna manera.

En general, cuando una mujer comparte sus sentimientos de frustración, desencanto o preocupación, cada célula del cuerpo de un hombre reacciona en forma instintiva con una lista de explicaciones y justificaciones concebidas para explicar los sentimientos de enojo de una mujer. Un hombre nunca pretende empeorar las cosas. Su tendencia a explicar los sentimientos responde simplemente al instinto marciano.

Al comprender que sus reacciones internas automáticas en esta instancia resultan contraproducentes, un hombre puede, sin embargo, llevar a cabo este cambio. A través del conocimiento y de sus experiencias respecto de lo que funciona con una mujer, un hombre puede llevar a cabo este cambio.

Cualquier relación tiene tiempos difíciles. Pueden surgir por una variedad de razones, como por ejemplo, la pérdida de un empleo, la muerte, la enfermedad o simplemente por falta de descanso suficiente. En esos tiempos difíciles lo más importante es tratar de comunicarse con una actitud afectuosa, de aceptación y aprobación. Además, tenemos que admitir y comprender que nosotros y nuestras parejas no siempre seremos perfectos. Al aprender a comunicarnos como respuesta a los enojos más pequeños en una relación, se hace más fácil enfrentar los grandes desafíos cuando aparecen de repente.

Un hombre cree que marca muchos puntos con una mujer cuando lleva a cabo algo muy grande para ella, como comprarle un nuevo automóvil o llevarla de vacaciones. Él supone que marca menos puntos cuando hace algo pequeño, como abrirle la puerta del auto, comprarle una flor o darle un abrazo. Al basarse en esta manera de apuntar los tantos, cree que logrará satisfacerla mejor centrando su tiempo, su energía y su atención en hacer algo grande para ella. Sin embargo, esta fórmula no funciona porque las mujeres poseen un sistema distinto de apuntar tantos.

Cuando una mujer apunta tantos, cualesquiera sean las dimensiones de un regalo de amor, éste logra marcar un punto; cada regalo tiene el mismo valor. No importa su tamaño; logra un punto. Un hombre, sin embargo, piensa que marca un punto por un regalo pequeño y treinta puntos por un gran regalo. Dado que no entiende que las mujeres apuntan tantos en forma diferente, naturalmente centra sus energías en uno o dos grandes regalos.

Un hombre no se da cuenta de que para una mujer las pequeñas cosas son tan importantes como las grandes. En otras palabras, para una mujer, una rosa obtiene la misma cantidad de puntos que el pago a tiempo del alquiler. Sin entender esta diferencia básica en la marcación de los puntos, hombres y mujeres se ven continuamente frustrados y decepcionados en sus relaciones.

101 MANERAS DE MARCAR PUNTOS CON UNA MUJER

1. Al regresar a casa, antes de hacer cualquier cosa, ir a abrazarla.
2. Hacerle preguntas específicas acerca de su día, lo cual indica un conocimiento de lo que ella tenía planeado hacer (por ejemplo, “¿Cómo te fue en tu cita con el médico?”)
3. Escuche y haga preguntas.
4. Resista la tentación de resolver sus problemas. En lugar de ello comuníquele su empatía.
5. Dedíquele 20 minutos de atención no solicitada y esmerada (no lea el diario o no se distraiga durante ese tiempo).
6. Llévele flores como sorpresa, como en las ocasiones especiales.
7. Planifique una cita con muchos días de anticipación, en lugar de esperar el viernes a la noche para preguntarle lo que quiere hacer.
8. Si generalmente ella prepara la cena o si es su turno de prepararla y parece cansada o realmente ocupada, ofrezca hacerlo usted.
9. Hágale cumplidos acerca de su apariencia.
10. Apoye sus sentimientos cuando ella se siente perturbada.
11. Ofrézcale ayuda cuando está cansada.
12. Planifique con tiempo los viajes para que ella no tenga que apurarse.
13. Cuando esté por llegar tarde, llámele y avísele.
14. Cuando ella pida apoyo, dígale si o no, pero sin hacerla sentir mal por ello.
15. Cuando sus sentimientos hayan sido heridos, muéstrele cierta empatía y dígale: “Lamento que te sientas herida”. Luego permanezca en silencio, hágale sentir que usted entiende el motivo de su dolor. No ofrezca soluciones o explicaciones que manifiesten que el dolor de su pareja nada tiene que ver con usted.
16. Cuando necesite retirarse, hágale saber que regresará o que necesita cierto tiempo para pensar.
17. Cuando usted se ha tranquilizado y regresa, hable de lo que le molestaba en tono respetuoso, libre de culpas para que ella no imagine lo peor.
18. Ofrezca hacer fuego en invierno.
19. Cuando ella le habla, deje de lado la revista o apague el televisor y préstele toda su atención.
20. Si ella lava habitualmente los platos, ofrézcale de vez en cuando lavarlos usted, en especial si ese día está cansada.
21. Observe cuando se siente perturbada o cansada y pregúntele qué tiene que hacer. Luego ofrezca ayuda en alguno de sus quehaceres.
22. Cuando salga, pregunte si hay algo que ella quiera del almacén y recuerde traérselo.
23. Hágale saber cuándo planea dormir una siesta o salir.
24. Abrácela cuatro veces por día.
25. Llámele de la oficina para preguntarle como esta o para compartir algo emocionante o para decirle “Te amo”.
26. Dígale “te amo” por lo menos un par de veces por día.
27. Haga la cama y limpie la habitación.
28. Si ella lava sus calcetines, hágase cargo usted.
29. Observe cuando el bote de la basura está lleno y ofrézcase para vaciarlo.
30. Cuando está fuera de la ciudad, llame para dejar un número de teléfono donde lo pueden ubicar y para comunicarle que llegó bien.
31. Lave el auto de ella.
32. lave su auto y limpie su interior antes de una cita con ella.
33. Lávese antes de tener relaciones sexuales o póngase una colonia si a ella le gusta.
34. Póngase de su lado si ella está enojada con alguien.
35. Ofrezca hacerle un masaje en la espalda, el cuello o los pies (o en las tres partes).
36. Propóngase acariciarla o mostrarse afectuoso a veces sin que intervenga el sexo.
37. Sea paciente cuando ella le está comunicando sus sentimientos. No mire su reloj.
38. No cambie continuamente de canal cuando ella está mirando televisión con usted.
39. Demuéstrele su afecto en público.
40. Cuando se toman de las manos no deje que la suya se afloje.
41. Aprenda cuales son sus bebidas favoritas para poder ofrecérselas cuando ella quiera.
42. Sugiera varios restaurantes para salir; no la cargue con la responsabilidad de tener que elegir ella.
43. Compre boletos para el teatro, los conciertos, la ópera, el ballet o algún otro tipo de espectáculos que le guste a ella.
44. Organice ocasiones para poder salir de etiqueta.
45. Muéstrese comprensivo cuando ella está retrasada o decide cambiarse de ropa.
46. Préstele más atención a ella que a los demás en público.
47. Atribúyale más importancia a ella que a los chicos. Haga que los niños observen que ella es la que primero atrae su atención.
48. Cómprele pequeños regalos, como una caja de chocolates o un perfume.
49. Cómprele ropa (Lleve una fotografía de su pareja a la tienda con sus medidas para que lo ayuden a elegir).
50. Tómese fotografías en ocasiones especiales.
51. Organice breves fugas románticas.
52. Hágale ver que lleva una fotografía de ella en su billetera y actualícela de vez en cuando.
53. Cuando se alojan en un hotel, pida que les preparen la habitación con algo especial, como una botella de champaña, jugo de frutas o flores.
54. Escriba una nota o un cartel en las ocasiones especiales tales como los aniversarios y los cumpleaños.
55. Ofrézcase a conducir en los viajes largos.
56. conduzca despacio y seguro, respetando las preferencias de su pareja. Después de todo, está sentada impotente en el asiento delantero.
57. Observe cómo se siente y haga comentarios al respecto: “Pareces felíz”, o “Pareces cansada” y luego una pregunta “¿Cómo te fue hoy?”.
58. Cuando salen juntos, estudie de antemano el recorrido para que ella no se sienta responsable de tener que indicarle.
59. Llévela a bailar o tomen clases de baile juntos.
60. Sorpréndala con una carta o un poema de amor.
61. Trátela como lo hacía al inicio de su relación.
62. Ofrézcase a reparar algo en la casa. Diga: “¿Qué hay que reparar por aquí?” Ahora tengo un poco de tiempo”. No emprenda más de lo que pueda hacer.
63. Ofrezca afilar los cuchillos de la cocina.
64. Compre algún buen pegamento para arreglar cosas rotas.
65. Ofrezca cambiar los focos apenas se fundan.
66. Ayude a reciclar la basura.
67. Lea en voz alta o recorte las secciones del diario que a ella le puedan interesar.
68. Escriba con claridad cualquier mensaje telefónico para ella.
69. Mantenga el piso del baño limpio y seco después de tomar un baño.
70. Abra la puerta para ella.
71. Ofrézcase para cargar las compras.
72. Ofrézcase para cargar los paquetes pesados.
73. Durante los viajes, tome las maletas y guárdelas usted mismo en la cajuela del automóvil.
74. Si ella está lavando los platos o es su turno de hacerlo, ofrezca su ayuda para fregar las cacerolas u otras tareas difíciles.
75. Haga una lista de arreglos y déjela en la cocina. Cuando tenga tiempo haga algo de la lista para ella. No se demore demasiado.
76. Cuando ella prepara una comida, alabe su forma de cocinar.
77. Cuando escucha lo que ella está contando, mírela a los ojos.
78. Tóquela con la mano algunas veces cuando hable con ella.
79. Muestre interés en lo que hace durante el día, en los libros que lee y en la gente con la que se relaciona.
80. Cuando la está escuchando profiera algunos ruiditos tales como “Ah” “Oh” “Mmm” para que ella se dé cuenta de su interés.
81. Pregúntele cómo se siente.
82. Si ella ha estado enferma, pregúntele cómo se siente en ese momento.
83. Si esta cansada, ofrézcale hacer un té.
84. Prepárese para acostarse juntos y acuéstese al mismo tiempo que ella.
85. Dele un beso para saludarse antes de irse.
86. Ríase de sus bromas y de su humor.
87. Agradézcale verbalmente cuando ella hace cosas por usted.
88. Observe cuando ella haya ido al salón de belleza y dígale un cumplido tranquilizador.
89. Organice tiempo para quedarse solos juntos.
90. No responda al teléfono en momentos íntimos y si ella está compartiendo sentimientos vulnerables.
91. Salgan en bicicleta juntos, aunque sea para un paseo corto.
92. Organice y prepare un picnic. (Recuerde llevar un mantel)
93. Cuando ella se ocupa de la ropa para lavar, llévela al lavadero y ofrézcase para lavarla.
94. Llévela a dar una caminata sin los niños.
95. Negocie de tal manera que ella vea que usted quiere que tanto ella como usted obtengan lo que desean. Demuestre interés, pero no sea un mártir.
96. Hágale saber que la extrañó cuando no estuvo en casa.
97. Llévele a casa un pastel o su postre favorito.
98. Si ella hace normalmente las compras de la comida, ofrézcale hacerlo usted.
99. Coma liviano en las ocasiones románticas para no sentirse demasiado pesado y cansado más tarde.
100. Pídale que agregue sus ideas a esta lista.
101. Baje la tapa del inodoro.

Así como los hombres tienen que continuar haciendo pequeñas cosas para la mujer, esta tiene que mostrarse especialmente atenta a las pequeñas cosas que él hace por ella. Con una sonrisa y un “Gracias” ella le puede comunicar a él que ha marcado un punto. Un hombre necesita este aprecio y aliento para seguir dando. Necesita sentir que es capaz de marcar una diferencia. Los hombres dejan de dar cuando sienten que su actitud se da por sentada. Una mujer tiene que hacerle saber que ella aprecia lo que está haciendo.

CUANDO UN HOMBRE TRABAJA EN EXCESO

La estaba ignorando no porque no la amara o no me interesara en ella, sino porque ya no me quedaba nada para dar. Pensé ingenuamente que estaba dando lo mejor al trabajar mucho para tener una mejor vida (más dinero) para ella y nuestra familia. Una vez que hube entendido cómo se sentía, imaginé un plan para resolver este problema en nuestra relación.

En lugar de ver ocho clientes por día, comencé viendo a siete. Hice de cuenta que mi esposa era mi octavo cliente. Todas las noches llegaba casi un ahora más temprano. Imaginaba que mi esposa era mi cliente más importante. Comencé a brindarle esa atención dedicada y exclusiva que le daba a los clientes. Cuando llegaba a casa, comencé a hacer pequeñas cosas para ella. El éxito de este plan fue inmediato. No solo ella se sintió más feliz sino que yo también.

Gradualmente, a medida que me sentía amado por la manera en que podía mantenerla a ella y a nuestra familia, me sentí menos inclinado a buscar el gran éxito. Comencé a disminuir el ritmo y para mi sorpresa no solo floreció mi relación sino también mi trabajo. Tuve más éxito sin haber tenido que trabajar tanto.

Descubrí que cuando tenía éxito en casa, mi trabajo reflejaba dicho éxito. Me di cuenta de que el éxito en mi trabajo no se alcanzaba solo a través del trabajo arduo. También dependía de mi capacidad para inspirar confianza en los otros. Cuando me sentí amado por mi familia, no solo sentí mayor confianza sino que los demás confiaban más en mí y me apreciaban en mayor medida.

TÉCNICA DE LA CARTA DE AMOR

Una de las mejores maneras de aliviar la negatividad y luego comunicarse en forma más afectuosa es el uso de la Técnica de la Carta de Amor. Al escribir sus sentimientos de determinada manera, las emociones negativas disminuyen automáticamente y los sentimientos positivos aumentan.

Para escribir una Carta de Amor, encuentre un lugar privado y escríbale una carta a su pareja. En cada Carta de Amor exprese sus sentimientos de ira, tristeza, temor, pesar y luego amor. Esta estructura le permite expresar y comprender plenamente todos sus sentimientos. Como resultado de comprender todos sus sentimientos, estará entonces en condiciones de comunicarse con su pareja en forma más afectuosa y centrada.

El propósito de compartir la carta es abrirse a los sentimientos de manera que las parejas puedan acercarse más. Funciona bien siempre que el proceso se realice sin riesgos. La persona que recibe la Carta de Amor debe mostrarse particularmente respetuosa de las expresiones del autor. Si no puede dar un apoyo verdadero y respetuoso, no debería consentir en escuchar hasta poder hacerlo.

Existen cinco secretos para saber pedir apoyo correctamente a un marciano.

Utilizar la oportunidad apropiada. Tenga cuidado de no pedirle que haga algo que él ya está planeando hacer. Por ejemplo, si ya está a punto de vaciar el bote de la basura, no diga: “¿Podrías vaciar el bote?” Sentirá que le está diciendo que hacer. La oportunidad resulta fundamental. Asimismo, si él está totalmente concentrado en algo no espere que responda de inmediato a su pedido.

No adoptar una actitud exigente. Recuerde: un pedido no es una exigencia. Si usted demuestra una actitud resentida o exigente, cualquiera sea el cuidado con que elija sus palabras, él no se sentirá apreciado por lo que ya dio y probablemente dirá que no.

Ser breve. Evite darle una lista de razones por las que él debería ayudarla. Suponga que no tiene que convencerlo. Cuanto más tiempo emplea en dar explicaciones, tanto más se resistirá a ayudarla. Las largas explicaciones que reafirman su pedido lo hacen sentir como si usted no confiara en que él le brindará su apoyo. Comenzará a sentirse manipulado en lugar de libre para ofrecer su apoyo.

Ser directa. Las mujeres suelen pensar que están pidiendo apoyo cuando en realidad no lo están haciendo. Cuando necesita apoyo una mujer puede plantear el problema pero sin pedir directamente el apoyo del hombre. Espera que él lo ofrezca y no se preocupa por pedirlo directamente.

Usar las palabras correctas. Uno de los errores más comunes al pedir apoyo es el uso de podrías y puedes en lugar de querrías y quieres. “¿Podrías vaciar el bote de la basura?” Es una simple pregunta para obtener información. “¿Querrías vaciar el bote de la basura?” Es un pedido.

Los hombres se muestran mucho más dispuestos a decir que sí si tienen la libertad de decir que no.

Resulta importante que las mujeres aprendan a pedir y a aceptar un “no” como respuesta. Las mujeres habitualmente sienten en forma intuitiva cuál será la respuesta de su pareja aun antes de pedir. Si perciben que él se resistirá a su pedido, ni siquiera se molestarán en pedir. Por el contrario, se sentirán rechazadas. Él por supuesto, no tendrá ni idea de lo ocurrido: todo eso sucedió en la cabeza de ellas.

Por ejemplo, una esposa podría pedirle a su esposo, que está concentrado en mirar noticias: “¿Querrías ir al almacén y comprar un poco de salmón para la cena?”. Cuando ella hace esta pregunta ya está preparada para escuchar la negativa de su marido. Éste probablemente se sienta sorprendido porque ella nunca antes lo había interrumpido con un pedido como ese. Probablemente de alguna excusa como la siguiente: “Estoy justo en la mitad del noticiero. ¿No puedes hacerlo tú?”.

Una relación es sana cuando los dos miembros de una pareja tienen permiso para pedirlo que quieren y necesitan y ambos tienen permiso para decir que no si así lo eligen.

RELACIONES SATISFACTORIAS

Para tener éxito en nuestras relaciones debemos aceptar y comprender las diferentes estaciones del amor. A veces el amor fluye con facilidad y en forma automática; otras veces requiere cierto esfuerzo. A veces nuestros corazones están colmados y otras están vacíos. No tenemos que esperar que nuestra pareja se muestre siempre afectuosa o que incluso recuerde cómo serlo. Tenemos que darnos también a nosotros mismos ese regalo de comprensión y no pretender recordar todo lo que aprendimos sobre la manera de dar afecto.

El proceso de aprender requiere no solo escuchar y aplicar sino también olvidar y luego recordar nuevamente. A lo largo de este libro usted aprendió cosas que sus padres no pudieron enseñarle. Ellos no sabían. Pero ahora que usted sabe, por favor sea realista. Dese permiso para seguir cometiendo errores. Muchas de las nuevas ideas que ha adquirido serán olvidadas por un tiempo.

La teoría de la educación señala que para aprender algo necesitamos escucharlo doscientas veces. No podemos esperar que nosotros (o nuestra pareja) recordemos todos los nuevos conocimientos de este libro. Debemos ser pacientes y apreciar cada pequeño paso hacia delante. Lleva tiempo trabajar con esas ideas e integrarlas a su vida.

No solo tenemos que escucharlas doscientas veces sino que necesitamos también desaprender lo que hemos aprendido en el pasado. No somos niños inocentes que intentan aprender la manera detener relaciones satisfactorias. Hemos sido programados por nuestros padres, por la cultura en que hemos crecido y por nuestras propias experiencias pasadas. El hecho de integrar esta nueva sabiduría de tener relaciones afectuosas constituye un nuevo desafío. Usted es un pionero. Está viajando en un nuevo territorio. Es posible que a veces se pierda. Es posible que a veces sea su pareja la que se pierda. Utilice esta guía como un mapa que lo conducirá a través de tierras inexploradas una y otra vez.

La próxima vez que se sienta frustrado con el sexo opuesto, recuerde que los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus. Aun cuando no recuerde nada más de este libro, si solo recuerda que somos diferentes eso le permitirá ser más afectuoso. Al descargar gradualmente sus opiniones y censuras y al pedir en forma persistente lo que quiere, usted puede crear las relaciones afectuosas que desea, necesita y merece.

Tiene mucho para esperar. Deseo que pueda seguir creciendo en el amor y la luz. Gracias por permitirme marcar una diferencia en su vida.

Fin del Resumen

Un comentario en «Resumen Los hombres son de Marte las mujeres de Venus (John Gray)»

  1. Hola John Gray :
    Estoy muy agradecida por este resumen, me identifique con varios párrafos que parecieran que fueran escritos y dirigidos a mi situación marital.
    Fue de gran utilidad este resumen.
    Dios te siga colmando de sabiduría para llegar de tal manera a tus lectoras.

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